Restaurante José Mari
En el pasado los habitantes de la Llanada, los lautadarras, eran vascoparlantes monolingües en su práctica totalidad. A lo largo de los siglos la lengua vasca fue perdiendo terreno, frente al empuje del castellano, que se impone en todos los órdenes de la vida cultural y social, debido a la opción por dicha lengua de la mayor parte de las personas pertenecientes a las clases dirigentes, pero también por el desprestigio social que padece el vascuence, considerado por muchos de sus propios hablantes como un idioma propio de personas burdas e incultas. El fenómeno de abandono de la lengua vasca se da sobre todo a partir de mediados del siglo XVIII, aunque es frenado por la actividad de algunos intelectuales vascos encuadrados en la Sociedad Vascongada de Amigos del País.