Jesús Arias Jato
Decada 1930
Los abuelos de nuestro Jato al comprar en los años 30 la Casa de Santo Domingo continúan recogiendo a los peregrinos con un sentido cristiano, viendo a cada peregrino como el Cristo viviente basado en las obras de misericordia: "Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento y dar refugio al peregrino." Jesús Jato López prepara un lugar para los peregrinos en la cuadra de los animales. Generosa Armesto les daba un plato de caldo de verduras y un vaso de vino. El matrimonio murió sin lograr el deseo de comprar el solar ruinoso y abandonado del Hospital de San Lázaro. En esa casa nacen y viven sus descendientes.