
Hospital de peregrinos San Antón
Las ruinas góticas de San Antón pertenecen a un antiguo convento levantado en el siglo XIV por la hermética orden francesa de los Antonianos. La fama del convento burgalés y la de sus monjes se extendió por toda Europa de la mano de los peregrinos enfermos que eran curados del temible “fuego de San Antón”. Todavía en nuestros días un amplio y elegante pórtico protege y envuelve físicamente el paso del Camino. Todos los peregrinos que llegan hasta el convento de San Antón se siguen sintiendo impresionados por sus evocadoras y jacobeas ruinas. Junto al lugar donde en 1146 el rey Alfonso VII les concedió la fundación de un hospital, los miembros de la misteriosa orden de los Antonianos —fundada en 1093 por los nobles franceses Gastón y Guérin de Valloire— edificaron, en el siglo XIV, una gran iglesia gótica con un amplio pórtico que incluso envolvía físicamente el paso del Camino.