Abadía de Santa María de Poblet
De nuestro templo podemos destacar la luminosidad, espléndida durante las horas centrales del día, la majestuosa cabecera con sus siete capillas absidales y, sobre todo, la sobriedad en la decoración, de hecho casi inexistente, lo que, según palabras de Agustí Altisent, «produce el estremecimiento de un contacto con la serenidad de lo inefable, la comunión con el reino de la paz». Esta iglesia fue consagrada en 1695 por el arzobispo de Tarragona Josep Llinás. Los monjes, que rezamos cada día en ella la Liturgia de las Horas y celebramos la Eucaristía, lo recordamos cada año, en la bella solemnidad de la Dedicación de Iglesia, el 13 de noviembre. En 1963, el papa san Juan XXIII concedió a nuestra iglesia el título de basílica menor.